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Prevención del femicidio. Masculinidad en tiempos de cuarentena
El Centro de Formación Judicial llevó adelante una charla virtual con el objetivo de brindar herramientas para combatir la violencia de género. La exposición de la actividad organizada junto a SiTraJu estuvo a cargo de la Lic. María Eva Sanz.
MATERIAL DE SESIONES
Por Verónica Ferreiro, Centro de Formación Judicial
En el marco del aislamiento que atraviesa la sociedad, el Centro de Formación Judicial llevó a cabo el martes 26 de mayo un nuevo encuentro virtual denominado “Prevención del femicidio. Masculinidad en tiempos de cuarentena”. La actividad fue organizada junto al Sindicato de Trabajadores Judiciales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (SiTraJu), contó con la exposición de la Lic. María Eva Sanz y fue moderada por los Licenciados Paola Quiroga y Leonardo Fortuna.
La actividad contó con casi 400 asistentes virtuales que pudieron intervenir con preguntas realizadas a través del chat de las plataformas y que posteriormente fueron expuestas por los moderadores.
El objetivo fue generar un intercambio con la expositora. Se transmitió por medio de la plataforma Zoom, del canal de Youtube del CFJ y de la página de Facebook de SiTraJu.
María Eva Sanz es licenciada en Trabajo Social. Especialista en Violencia Familiar de Universidad de Buenos Aires. Capacitadora en Técnicas Operativas del Instituto Intercultural para la Autogestión y la Acción Comunal de España. Miembro Titular y Presidenta de la Asociación Mutual "Grupo Buenos Ayres". Ha sido integrante del Equipo de Asistencia a varones que ejercen violencia en el Hospital Álvarez (CABA) desde 2012 a 2017. Es docente titular de la Carrera de Posgrado de Especialización en Violencia Familiar de la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA). Es Coordinadora Nacional de la “Red Argentina por Buenas Masculinidades”.
La Asociación Mutual Grupo Buenos Ayres es una empresa social de ayuda recíproca integrada por profesionales, técnicos y voluntarios en la prevención, asistencia, capacitación e investigación de la violencia familiar. La mutual trabaja en la asistencia de varones que son o fueron violentos para evitar femicidios sobre todo en esta etapa de cuarentena obligatoria que rige en todo el país.
La mutual lleva adelante “Dispositivos para varones por buenas masculinidades”, que consisten en mecanismos para que los hombres violentos puedan salir de la situación en la que se encuentran. Entre las tareas que desarrollan, realizan talleres y charlas de prevención de la violencia familiar y de género, capacitaciones virtuales y presenciales, asistencia a mujeres en situación de violencia y a varones que ejercen violencia en la pareja, supervisión de equipos de asistencia a varones e investigación a partir de los grupos de trabajo.
En la charla se expuso que los objetivos principales de los dispositivos son brindar información, orientación, contención, asesoramiento y abordaje psicológico grupal en la temática de la violencia masculina intrafamiliar con el fin de lograr el cese de esa situación. Además se centran en modificar las conductas de maltrato a partir del reconocimiento de aquellos mitos, creencias y costumbres que se repiten a través de los estereotipos de poder. El ingreso al programa puede darse por tres vías, por derivación de juzgados nacionales en lo penal con asiento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por derivación de juzgados y fueros civiles nacionales con asiento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, o de manera voluntaria, sin denuncia previa.
El Lic. Leonardo Fortuna comenzó el encuentro virtual destacando que “sabemos estadísticamente que los femicidios se dan en el ámbito familiar y con el aislamiento social preventivo y obligatorio, el número de víctimas lejos de bajar es cada vez más alto. Por eso este tipo de dispositivos es un pilar fundamental, además de todo el trabajo que se hace con las víctimas, como para empezar a pensar un abordaje preventivo”.
Por su parte, el secretario de Prensa de SiTraJu Diego Latrónico, fue el encargado de dar el mensaje de bienvenida del Sindicato como integrante de la Comisión Directiva. Y explicó que “nuestro compromiso es utilizar el Sindicato como una herramienta de transformación y de aprendizaje. Hoy estamos escuchando esta charla para formarnos y aprender sobre masculinidades, pero también para transformar la realidad, mejorarla y ser mejores trabajadores y trabajadoras”.
Además Latrónico destacó: “Quiero agradecer al equipo del CFJ porque es el ámbito institucional donde los que formamos parte del Poder Judicial de la Ciudad focalizamos nuestra formación y nuestra capacitación en el desarrollo de la carrera judicial”.
Por otro lado, la Lic. Paola Quiroga remarcó que “es muy importante este tipo de actividad para transformar y transformarse, para pensar y repensarse, y también es fundamental para la actividad cotidiana como agentes de la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires”.
La Lic. María Eva Sanz comenzó la exposición explicando que “el tema que vamos a ver tiene que ver con los atravesamientos que tenemos como personas en relación al patriarcado y de eso no ha escapado nadie. Todos y todas tenemos experiencia en el tema y también hay hacer una autocrítica sobre aquellos mandatos que son perjudiciales y queremos empezar a correr a partir de estas sensibilizaciones”.
La expositora detalló que “en el caso de la nuestra mutual tenemos dos categorías de asociados y asociadas. Unos son los activos, que son las personas que están ofreciendo un servicio dentro de la mutual, ya sea de capacitación, de prevención, de asistencia o de investigación. Y por otro lado están los asociados adherentes que nosotros llamamos hacientes y son los que reciben la asistencia”.
En ese sentido, agregó que “en el caso de los dispositivos de asistencia a varones, los hombres vienen a hacer una transformación y el que es protagonista de una transformación en su vida nunca es paciente sino haciente”. Según la mutual “Haciente hace referencia al que elabora, hace, obra, actúa, ejecuta, produce, engendra, reproduce, concibe, forma, compone, descubre, termina, labora, ejerce, confecciona, procede o trabaja”.
El dispositivo de “asistencia a varones por buenas masculinidades” tiene como objetivo general proveer a los varones un modelo alternativo de masculinidad que, en la relación de pareja aliente el consenso, el respeto recíproco, y el equilibrio de poder hacia el fin de los comportamientos abusivos. Estos dispositivos son específicos para los varones que están ejerciendo o han ejercido violencia hacia la pareja o ex pareja en los términos de la Ley 26.485. El modelo cuenta con distintas disciplinas en el abordaje integral, el trabajo social, la pericia grafológica, la psicología, la abogacía, la medicina, operadores en psicología social, ciencia política, filosofía y sexología.
Con relación a la prevención del femicidio, resaltó: “Decir que queremos la equidad de género no es algo teórico, es algo concreto que podemos hacer, pero con determinadas pautas y parámetros fijos y claros. Para la mutual el femicidio es totalmente evitable. No tendría que morir ni una sola persona a causa del femicidio porque hay un montón de señales anteriores. Si las organizaciones las vamos viendo de manera conjunta y articulada se pueden prevenir”.
La licenciada explicó que el hombre violento atraviesa todas las clases sociales porque la raíz está en la formación de la identidad común. El hombre, según ella, tiene cuatro dimensiones. Primero siente determinadas cosas (dimensión psicodinámica), piensa determinadas otras (dimensión cognitiva), actúa con una conducta violenta que sanciona el Código Penal (dimensión conductual), se relaciona de determinada manera (dimensión interaccional). Y hay que tener en cuenta todas estas dimensiones para poder entender cuan compleja es una conducta violenta, como por ejemplo una amenaza.
En ese orden de ideas detalló los distintos niveles de análisis y expresó que “el primer nivel lo llamamos Biosistemas – Psicosistemas porque compone al hombre con sus dimensiones y al entorno más inmediato, su familia y amistades. Este nivel se comprende en un contexto. Es importante saber cómo ese hombre, con el que estamos operando y queremos que transforme su conducta violenta, ha transcurrido en su comunidad y su desarrollo como persona, es decir en la escuela, el trabajo, el club, los medios de comunicación, los organismos judiciales y de seguridad. Todas aquellas organizaciones han influenciado para que este señor hoy sea quien es. Sabemos que las organizaciones de la comunidad están formadas también por personas y en la medida que las personas que conforman esas organizaciones transforman el patriarcado interior en su construcción y brindan una alternativa diferente no será lo mismo para ese hombre”.
Asimismo explicó que “hay otro nivel de análisis que está afuera, que tiene que ver con el sociosistema, el sistema sociocultural histórico y hasta político. Acá se van a analizar las creencias compartidas que tenemos en la comunidad, qué es para nosotros ser un buen padre o una buena madre, los valores que tenemos, acá aparece el análisis de los estereotipos de género, el binarismo, pero también en este sistema sociocultural van a aparecer las nuevas formas. Acá también vamos a tener el concepto de poder que es fundamental para trabajar con hombres que han ejercido violencia porque ellos han abusado del poder con su conducta”.
Sanz hizo referencia al patriarcado y aseguró que “es tan grande la trampa por la que pasa el varón, que la violencia tiene que ser de dominación y control de las mujeres pero también de otros varones y de autocontrol. Porque la identidad masculina se construye sobre sobre dos pilares, el hiper desarrollo del yo exterior y al mismo tiempo la represión de los sentimientos y el autocontrol que tiene que desarrollar el hombre. El varón tradicional está acostumbrado a que tiene que reprimir sus sentimientos para poder tener un autocontrol que le permita después controlar a otras personas”.
La licenciada en Trabajo Social compartió un concepto que considera muy interesante en este sentido y tiene que ver con Tierra Patria de Edgar Moran que “nos ayuda a entender que somos ciudadanos de la tierra y cualquier cosa que hagamos en contra de alguien en la tierra va a repercutir en otro lugar porque esta todo entrelazado”. “Todas estas ideas se escriben en este sujeto que se llama Sujeto Producido culturalmente y se van a instalar en el sistema de creencias, después lo va a pensar, va a reprimir sus sentimientos y lo va a actuar, y va a ir adaptándose a tener una relación con otras personas de desigualdad”, agregó.
Con relación a la equidad de género, destacó que “el hombre además de culturalmente producido es un sujeto productor de transformaciones y de cambios socioculturales. Si a este señor le llega algo diferente a lo que recibió del patriarcado alguna transformación va a ir haciendo y su propia transformación individual va a teñir el contexto y este sociosistema para las próximas generaciones va a ser distinto. Hoy en nuestro sociosistema hay un montón de avances y vimos como las mujeres pudimos llegar al lugar que nos corresponde como tener acceso a determinadas actividades y formarse académicamente. Todo lo que hagamos hoy va a repercutir en el sistema de creencias de las personas futuras. Esto nos da la esperanza de que es posible llegar en algún momento con el esfuerzo compartido y articulado a tener equidad de género”.
La expositora aclaró: “Siempre digo varones porque hoy estamos con la mirada en el varón, pero si queremos analizar la situación de una mujer en situación de violencia vamos a poner a la mujer en el centro de la escena y vamos a ver que todos los elementos analizados van a jugar de la misma manera, pero el modelo teórico es igualmente importante para poder describir y producir cambios”.
Por otro lado, hizo referencia a los cambios en el lenguaje y aseguró que el inclusivo en el lenguaje es un elemento que está surgiendo en los últimos años. Las feministas primero pusieron de manifiesto por qué no decir todos y todas. Pero ahora hay una nueva discusión en el feminismo sobre por qué hay que decir todes ya que otra vez todas queda subsumido en todes. Aclaró que son debates importantes para dar y para ir sacando conclusiones pero siempre con un consenso articulado y con un objeto que es mejorar las condiciones de vida de las personas en nuestra comunidad.
La presidenta de la mutual explicó que “el hombre que llega voluntariamente es posible que en el proceso de admisión ya diga que se arrepintió después del ejercicio de la violencia, que reconozca aunque sea parcialmente lo que hizo y pida ayuda. Pero el que viene compulsivamente todavía no vio eso, entonces dice que viene porque lo manda el juez o porque su pareja lo denunció. Es necesario armar estrategias para que el sujeto pueda entender porque está ahí y en todo caso diga que lo mando el juez porque hay una denuncia ya que cometió un hecho delictivo como amenazar o lesionar levemente”. “Estamos hablando de una gran cantidad de varones que son derivados que están en diferentes estamentos judiciales de la Ciudad de Buenos Aires o de la Nación que tienen una gran posibilidad de transformación. No hablamos de varones que cometen lesiones gravísimas”, agregó.
María Eva Sanz hizo referencia al perfil de los hombres violentos, y explicó que por una lado están los que tienen rasgos psicopáticos que son personas que planifican cuando van a cometer el homicidio, no sienten culpa ni remordimiento, y la violencia no la descargan solo contra la pareja. Después están los hombres de características cíclicas que cometen una situación o descarga violenta pero luego se arrepienten y tratan de componer la relación, y dicen que no lo van a hacer más. Los hombres con características cíclicas son los más recuperables, son los que más pueden aprender y transformar su propia vida. Por último, están los hipercontrolados que son los que hacen una gran acumulación de tensiones y la peligrosidad está en que cuando desacumulan en el episodio de violencia pueden llegar a cometer un femicidio. “En determinado momento hay una gota que rebalsa el vaso, y que no tiene que ver con que la mujer haga algo, el problema está dentro de él y en su falta de resolución a los problemas y de alternativas que no sean violentas o de imposición”.
La licenciada resaltó: “No podemos creer que porque seamos especialistas o profesionales podemos transformar a alguien, la persona se transforma cuando toma conciencia de lo qué paso, quiere cambiar y se hace cargo de su propia historia y de sus propios hechos y busca para adelante un acompañamiento. Lo que nosotros podemos hacer es acompañar y brindar herramientas técnicas específicas y el abordaje grupal que es lo más importante porque las transformaciones que van produciendo individualmente las comparten solidariamente con otros varones y se ayudan entre sí para llenar sus puntos ciegos”.
Al ser consultada por el proceso de admisión, comentó que está compuesto por un protocolo específico que va desde la identificación de la persona hasta cómo piensa, como siente, que hizo, la justicia que intervino. El proceso de admisión lo completan si es posible con la entrevista a la pareja o ex pareja, para tener un relato completo de los hechos. Por último, si se lo admite firma un compromiso de confidencialidad que es fundamental porque están firmando un acuerdo para que se contacten con la pareja o ex pareja si en algunas de las reuniones semanales muestran signos de alta peligrosidad por el ejercicio de la violencia.
Con respecto a la interrelación con otros organismos, remarcó que “tenemos información de otros organismos porque no podemos quedar en la derivación, que significa dejar a la deriva. Hay que apelar a la co-responsabilidad. Todos y todas tenemos que comprometernos en ese accionar conjunto y tiene que haber una convicción en las organizaciones de que cuando se deriva hay que seguir articulando acciones”.
Las reuniones grupales están divididas por la mutual en tres grandes momentos que son la pre-tarea, tarea y proyecto. “La pre- tarea es el primer momento del grupo en el que se incorporan, se sientan y se ponen al día. La tarea aparece cuando un integrante empieza a contar alguna situación que ha pasado en la semana y con el ejemplo de uno aprenden todos, como por ejemplo herramientas del manejo de la ira, o técnicas específicas de reconocimiento de las señales de pre violencia. Y el final siempre es un proyecto, porque la idea es que de reunión en reunión tiene que quedar un eslabón”, detalló.
Sanz explicó que “si vemos rasgos psicopáticos en un varón no lo admitimos porque el que tiene esos rasgos, que no reconoce nada ni se hace cargo de nada es una persona muy peligrosa y hay que hacer otro tipo de abordaje. Y al mismo tiempo va a crear una gran resistencia en el grupo y rompe el esquema del objetivo grupal. Cuando no se admite a un hombre, se lo manda con un informe para que haga una asistencia individual en otro organismo. Nosotros no trabajamos de forma individual el ejercicio abusivo del poder. Hay que trabajar en grupo con ejemplos y sabiendo que al otro le está pasando lo mismo y que está haciendo el mismo esfuerzo para ser una mejor persona y vivir de mejor manera”.
Asimismo, aseguro que tampoco admiten los casos de personas que tienen problemas de consumo de alcohol o drogas y que no estén haciendo ninguna asistencia específica para eso porque todos los dispositivos tienen técnicas que requieren la voluntariedad de las personas, cosa que no es posible en los casos de adicciones.
La licenciada reconoció que “todavía no está toda la sociedad empapada de la importancia que tienen los dispositivos de varones y de hecho el patriarcado nos ataca a través de figuras de otros profesionales o de otras organizaciones que no aceptan lo que hacemos. Estos dispositivos son lo mejor que tenemos en la Argentina y en muchos lugares de Latinoamérica están esperando que les contemos como hacemos. Por eso tenemos que cuidar lo que estamos haciendo”.
“Es un trabajo personal de marchas y retrocesos. Los episodios de violencia a veces continúan a pesar de estar en un dispositivo de asistencia a varones, pero la violencia se va mitigando de a poco. Pudimos demostrar con nuestra tarea que la violencia física se puede controlar y se puede resolver, ahora vamos por más que es la violencia emocional que es más profunda para poder revertir”, concluyó.
En un dispositivo ideal que pueda cumplir con doce meses de permanencia del varón en asistencia hay una evaluación individual a los seis meses con incorporación de la pericia grafológica en la admisión y otra al año. También se hace una evaluación grupal, sobre cómo han estado en relación a la pertinencia, pertenencia, la comunicación en el grupo, los liderazgos, y el acompañamiento entre compañeros. “Por ejemplo hay hombres que al principio hacían cargo a la mujer de su violencia y con el tiempo han llegado a decir que agradecen a su ex pareja por haberlo denunciado”, agregó.
Con relación al trabajo en tiempos de pandemia, explicó que: "Tenemos conformados los grupos que intentan buscar dispositivos que logren recuperar a hombres violentos. Los equipos profesionales hemos dispuesto una forma virtual por la cual, el día y hora que deberían estar en la sede, se comunican virtualmente". Se invitó a todos a continuar el proceso a través de WhatsApp, pero aseguran que es muy difícil, y recién ahora después de dos meses están empezando a articular ese compromiso de permanecer la hora y media y no dar el presente e irse como hacían al principio.
Cuando se vieron obligados a frenar las reuniones presenciales por la cuarentena quedaron 25 pacientes en proceso de admisión y decidieron que van a completar los procesos con videollamadas y van a armar un grupo de WhatsApp específico de varones que no se conocen.
A modo de conclusión, la presidenta de la mutual destacó: “Todo el trabajo lo hacemos de forma voluntaria, ninguna de las personas que integran el grupo cobra un sueldo. Lo hacemos porque sabemos que se tiene que dar a nivel masivo en la comunidad porque es eficaz. Pero si no empezamos demostrando la eficacia que tiene nunca va a surgir la política pública que pueda contener a todos los equipos”. Y “los dispositivos de asistencia a varones previenen la violencia porque están monitoreados semanalmente, pero a su vez protegen a las mujeres, a los niños y a las niñas” remarcó.